lunes, 13 de abril de 2015

Reseña: El último reino: Heredero de las Hadas

Título: El último reino: Heredero de las Hadas

Autor: Leo Batic

Saga: El último reino

Editorial: Ediciones B
Primera edición - 2011 - Impreso en Argentina

Contratapa: Una joven que desconoce su verdadero poder. Un reino que sólo tiene una oportunidad para volver a la vida. Y una lucha sin cuartel en defensa de la última fuente de magia.
Una saga que recién comienza, y que vos no te podés perder.

Sofía parece una adolescente como cualquier otra. Va al colegio, tiene amigas y está enamorada del chico que todas quieren conquistar. Sus padres están separados y en su casa mandan unas tías excéntricas. Hasta que una noche tiene una pesadilla: ella está ahogándose. Adentro de una perla transparente. En las profundidades del océano. Frente a la mirada de treinta y tres dragones de mar. Es tiempo de revelaciones. Es tiempo de despertar...

“Escrita con belleza y solvencia, desplegada en imágenes de alta contundencia sensorial, esta historia habilita un reencuentro con lo más serio del género fantástico. Fuerzas opuestas, y un enfrentamiento que se sobrepone al tiempo y al espacio para librar batallas que son, al mismo tiempo, eternas y urbanas, legendarias e íntimas.”
Liliana Bodoc (autora de la trilogía “La Saga de los Confines”)

De cómo lo encontré: Me lo gané hace dos años en un concurso de la revista Huellas de Tinta. Está autografiado con un hermoso dibujo.




Impresiones: Muy bueno. De verdad. Un libro que empecé a leer con desconfianza, pero que poco a poco fue captando mi atención al punto de no poder soltarlo. Es una historia muy sólida, situada en la actualidad, con una protagonista con problemas totalmente reales de cualquier chica de su edad que de pronto se ve envuelta en una situación que ella no pidió y para lo cual no está nada preparada, o por lo menos así lo cree.

Sofía me pareció totalmente cercana, a pesar de la diferencia de edad que nos separa. Creo que si hubiera tenido la oportunidad de leer sobre ella hace 20 años (tengo 37) hubiera causado un gran impacto en mi, mucho mayor del que ha causado ahora. Tiene amigas “cool” que no la consideran parte del grupo, ignora a quienes están “por debajo” en la popularidad escolar, está enamorada de un chico que no sabe que existe y además tiene una vida familiar muy complicada. La forma que va cambiando la relación con las personas que la rodean es muy natural, los deseos que tiene, las fantasías que pasan por su familia y por sus amigos, todo en ella es normal.

De forma natural se dan también los cambios, los pequeños guiños que se van sumando y las rebeldías de su edad que la llevan a descubrir todo un mundo que siempre estuvo a su alrededor pero que era incapaz de ver. Cada vez que Sofía se revela, cada vez que corre o se refugia en alguien, la comprendí perfectamente, la entendí desde mi yo de hace 20 años, con sus ganas de evitar los cambios y de que sucedan rápido, con sus prisas y sus ausencias. Creo que el autor refleja perfectamente lo que es tener esa edad y pasar por cambios que, aunque no sean los de la protagonista, igual asustan y nos ponen las cosas en perspectiva.

De los personajes secundarios, en ningún momento me sentí interesada en el chico por el que Sofía estaba, en parte porque está muy desdibujado y sus actitudes no se entienden. Espero que en los próximos libros nos den un mejor trasfondo para sus acciones, porque realmente no entendí que hacía cuando lo hacía ni para qué. Las “amigas” están perfectas, todas, desde las populares con sus estereotipos hasta las impopulares. La forma en que Sofía se da cuenta del verdadero significado de la amistad y de quién merece ser llamada “amiga” es tan real que me gustaría que todas las chicas de la edad de la protagonista leyeran el libro sólo para que puedan ver distinto su escala de valores en cuanto a amistad se refiere.

Las tías me resultaron algo confusas, me las confundía todo el tiempo y no podía distinguirlas, y cuando se unen más de ellas a medida que se desarrolla la trama, más difícil distinguir quién era quién en el entorno. De todas formas, hacia el final del libro se logra poner muchos de los nombres en su lugar, a pesar que sufran cambios en algunos puntos de la historia, especialmente en los flashbacks.

Los padres me encantaron. Aunque no me gustó el rol de la madre, es exactamente lo que hay que sentir, ese personaje no es “querible”, por lo menos por ahora. No es mala, todo lo contrario, es un personaje que no lucha ni se defiende, que vive apenada y que no tiene ganas de pasar por todo esto que le está pasando desde hace años, que se deja llevar. En cambio el padre, es todo pasión e imaginación. Me encantan las cosas que hace Claudio, pude imaginarme su estudio y me enamoré de su castillo y su casa del árbol.

Hay otros personajes que aún no tienen mi cariño, porque aún no sé muy bien de qué lado ponerlos, pero estoy segura que hay mucho más de ellos para contar en los próximos dos libros y allí estableceré mi confianza o mi rencor hacia ellos. Sólo voy a decir que quiero vivir en el departamento que tiene uno de esos personajes, así tal cual como está descrito por el autor.

Al final aparece otro personaje que veremos desarrollarse en los libros siguientes, creo, pero es un punto que no me gustó. No sé aún que rol ocupa, pero me hubiera gustado que ya formara parte de la historia, aunque fuera mencionado levemente como un compañero o un vecino, pero eso de incorporar al “nuevo” así, al final, me descolocó un poco. Ya veremos como sigue.


En resumen, es un libro que me gustó tanto que ya quiero saber cómo sigue. Si no fuera porque, en un día de corte de luz, en el que no podía leer en papel, empecé otro libro en digital (que por suerte tienen una batería que dura un montón) y no me gusta tener libros empezados y sin terminar, me hubiera puesto ya con la segunda parte.




Nota final


PD: Leo Batic es un ilustrador genial, yo sin saberlo ya tenía libros suyos, y son estas preciosidades, libros ilustrados sobre los seres mitológicos argentinos, una genialidad!